Al conocerse el fallo, inapelable, de la Corte de la Haya sobre el conflicto desatado hace 5 años respecto a la instalación de la pastera BOTNIA en las márgenes uruguayas del Río Uruguay, hoy se definió una situación largamente demorada.
Que el fallo sea inapelable, en nuestro país, no pone fin al conflicto, ya que los Asambleístas de Gualeguaychú, que vienen haciendo el corte del puente internacional perjudicando el tránsito y el tráfico comercial entre ambos países, con tesón digno de mejor empresa, no habrán de desactivar esa nociva estrategia so pretexto de defensa del medio ambiente.
Así lo adelantaron mucho antes de arribarse al laudo sobre ese diferendo, alzándose -por anticipado- de una decisión jurisdiccional internacional a la que ocurriera Argentina.
Los motivos de tamaña aventura no los hallaremos en la defensa de la naturaleza, ni tampoco en los principios que alientan a Greenpeace ni otras organizaciones no gubernamentales, son mucho menos elevados, más prosaicos y rentables.
De ese grupúsculo al que hoy pertenecen apenas un puñado de desocupados, salió Romina PICOLOTTI, la ex Secretaria de Medio Ambiente de la Nación, que fuera eyectada de su cargo por las graves denuncias de corrupción que la mantienen ligada a varias causas judiciales. S
i en vez de ser Secretaria de Medio Ambiente, hubiese sido de dos o tres ambientes, ¡no quiero imaginarme cuántos millones de dólares más hubiese distraído!
La ex funcionaria, como corresponde al elenco kirchnerista, fue “funcional” y distrajo fondos para la kaja política del matrimonio cleptómano, tomándose algunas pequeñas licencias como designar decenas de familiares y amigos en la plantilla de la Secretaría que nunca se destacó por llevar adelante las políticas ambientalistas imperantes en el resto del mundo, limitándose al papelón de no tener limpio el Riachuelo ni haber evitado la quema de pastizales que se atribuyera a la guerrilla campera durante el conflicto en torno a la Resolución 125, por otra parte no solucionó los problemas derivados de la tala indiscriminada y la deforestación que aquejan el Norte argentino, pero sí contrató miles de lúmpenes integrantes de la cohorte clientelar del oficialismo, distrayendo millonarios fondos del estado en indiscriminada malversación de caudales públicos, por los cuales -algún día- tendrá que responder.
Pero hoy el fallo del tribunal internacional en vez de traer una solución sólo significó que los Asambleístas mostraran su faz más abyecta: continúan con la protesta que conlleva el corte del puente que une dos países hermanos, perjudicando por igual la economía de ambas potencias y las de los vecinos de ambas orillas que vienen sufriendo, estoicamente, las tropelías de quienes no reciben reproche alguno.
Así como en un primer momento Néstor KIRCHNER alentó el corte, luego muchos oficialistas consideraron inconveniente seguir esa metodología que perjudica dos pueblos vecinos, levantándose voce inclusive dentro de la troupe kirchnerista.
Sólo una orden judicial le permitió a un valiente abogado atravesar el vallado humano, convirtiéndose en leading case inaudito en el resto del orbe.
El actual Jefe de Gabinete nada hizo ni cuando fue Ministro del Interior ni cuando fuera titular del Ministerio de Justicia, y obviamente tampoco en la actualidad, con lo cual debemos concluir que existe voluntad de permitir sine die esa inconducta que debería avergonzarnos frente al concierto de las naciones.
El derecho de tránsito es uno de los más elementales derechos humanos reconocidos en el Derecho de Gentes, el Derecho Internacional, y tiene su basamento en el derecho de paso, y ningún país del mundo, más allá de las reglamentaciones aduaneras fiscales y de seguridad, lo cercena, a excepción de aquéllos regímenes totalitarios que distan del sistema democrático al que adhiere nuestro país.
Sin embargo, esta tolerancia, tiene su razón de ser en intereses mezquinos vinculados con el comercio de transporte alternativo fluvial ante la imposibilidad de utilizar las vías terrestres de comunicación.
La clave hay que buscarla en una empresa muy conocida y que genera pingües ganancias: BUQUEBUS, y sería más interesante verificar quiénes son los que la integran y se benefician junto a ella.
Así como se sabotean las vías del ferrocarril de carga para que todo vaya por transporte del sindicato del inefable, y enriquecido, Klan Moyano, resulta funcional el corte que vienen desarrollando los asambleístas rentados de Gualeguaychú, pues no lo hacen por amor a la naturaleza sino por el salario que vienen recibiendo a cuenta de todo el resto de los argentinos con fondos públicos distraídos a las áreas de educación, salud y seguridad.
Acaso no resulta llamativo que Argentina, en realidad el matrimonio KIRCHNER, hayan recurrido a La Haya cuando el tratado con Uruguay prevé que los diferendos se resuelvan en el marco del MERCOSUR?
Por la teoría de los propios actos, ahora no podemos repudiar el fallo de la Corte convocada por nosotros mismos, en consecuencia no respetar su veredicto nos coloca en situación de indignidad frente al resto del mundo.
La convocatoria de los Asambleístas de Gualeguaychú a una Gran Asamblea Nacional implica una virtual desobediencia y violación del Código Penal, debiéndose someter la cuestión a nuestros propios tribunales con competencia criminal.
Lo contrario, es decir, mantener la inoperancia e inacción de las autoridades, implica omisión y violación de los deberes de funcionario público demostrando que en nuestro país no se respeta la ley y las vías de hecho sustituyeron el derecho, lo que implica una verdadera subversión institucional, sólo posible porque, como en ese juego de niños, Cada cual atiende su juego.
ENRIQUE A. PIRAGINI
Presidente de A.R.I.E.L. ong
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