MAYO IRREVERENTE
Mayo se presentaba, brutal e irreverente.
Napoleón, en Europa, ampliaba su reinado.
Aquí, el Virreinato, sabedor de su suerte
elegía el efugio del Cabildo y la gente
evitando el destierro o morir encadenado.
Mayo exhibía entonces otra lucha latente.
Las voces cabildantes bajaban al poblado
descorriéndole el velo al interior ausente.
Con el tiempo vería que la Junta reciente
sólo protegería
puerto, impuesto y ganado.
Mayo así presagiaba con
crueldad elocuente
que no todo sería un acuerdo firmado.
Se iniciaba el trayecto a ser independiente,
de plasmar una norma útil y aglutinante
de gauchos, porteños, peones y hacendados.
Mayo nos convocaba en festejo reciente
a memorar el paso de la Junta al Estado.
En un Bicentenario que mostraba indulgente,
quién domina el estrado, quién no está presente,
quién acumula bienes y quién poco ha logrado.
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