Las nuevas rutas de la droga
El DC-8 de McDonnell Douglas es uno de los antiguos modelos al que acuden los narcos.
- “El cielo es el límite” o al menos eso piensa un narcotraficante de Sierra Leona (oeste de África) que así se lo dijo a un informante de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
El narco se refería así a la última estratagema de las mafias de la droga en América Latina: comprar viejos aviones a bajo precio -aprovechando la mala situación económica de las aerolíneas- y llevar con ellos la droga hasta África, paso obligatorio antes de introducirla en Europa.
Una estrategia que bien podría llamarse “Aerolíneas Cocaína” y con la que los traficantes están respondiendo al incremento de incautaciones en el mar a lo largo de las costas africanas, pero también a la mayor demanda de drogas en Europa.
Según el profesor Scott Decker, director de la Escuela de Criminología de la Universidad de Arizona, esta demanda ha crecido tanto que “hace rentable comprar un DC-9, pagar el combustible y al piloto para que vuele hasta África antes de dar el salto a Europa”.
“Antes hubieran usado barcos”
“Estos traficantes antes hubieran usado barcos o avionetas, pero ahora se valen de aparatos del tipo DC-9 que les permiten llegar desde Centro y Sudamérica hasta África”, dijo Decker en entrevista con la BBC.
El criminólogo comentó que considera que en la actualidad más cantidad de droga llega a Europa porque los narcos emplean estos nuevos métodos más rápidos y eficaces.
“Los traficantes de drogas, como la mayoría de las organizaciones criminales, son dinámicas y cambian. Se pueden adaptar a los nuevos mercados y a los nuevos intentos para detenerlos”, agregó el experto.
La alarma por vuelos trasatlánticos con droga saltó en noviembre de 2009 cuando Naciones Unidas detectó un Boeing 727 incendiado en el desierto de Mali, donde había llegado desde Venezuela.
Makled
El presunto narcotraficante venezolano Walid Makled está acusado de fletar el mayor alijo de cocaína en un avión.
Al menos tres diferentes bandas de narcos han sido detectadas por la policía en el Océano Atlántico volando sobre los casi 5.000 kilómetros que separan las costas americanas de las de África.
En mayo pasado, una banda que operaba entre Colombia y Liberia fue detenida cuando uno de sus aviones se disponía a despegar en Venezuela con dos toneladas de cocaína.
Según los fiscales, planeaban hacer dos vuelos al mes.
De tener un esquema similar también se acusa al empresario venezolano Walid Makled, detenido en Colombia y solicitado por Estados Unidos y Venezuela.
Makled, que según el presidente Juan Manuel Santos será extraditado a Venezuela cuando se culminen los trámites legales, está acusado de estar detrás del mayor envío aéreo de droga que se conoce: el DC-9 detenido en México con más de 5,5 toneladas de cocaína.
Aircop
La Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC, en inglés) calcula entre 30 y 100 toneladas de cocaína las que pasaron por África rumbo al creciente mercado europeo en 2009.
Por ello, lanzó esta semana una “nueva iniciativa para mejorar el intercambio de información contra el tráfico drogas en el oeste de África” bajo el nombre de Aircop.
Con un presupuesto de US$3,2 millones financiado por la Unión Europea y Canadá, Aircop buscará “establecer una comunicación segura y efectiva, así como el intercambio de inteligencia” entre Brasil y siete países de la costa oeste africana.
Y es que es sobre todo la debilidad institucional de los empobrecidos estados africanos junto a su falta de medios a la hora de interceptar los vuelos ilegales facilita la labor de las mafias de narcos.
Pero también la crisis que tanto ha castigado a la industria aérea: basta echar un vistazo a los sitios de venta de aviones en internet para comprobarlo.
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