martes, 4 de septiembre de 2012


MALESTAR


TENSION MILITAR POR SALARIOS, PERCEPCION DE ABANDONO Y RESENTIMIENTOS

Ninguna preocupación institucional republicana debe aquí considerar el lector. 

El estado deliberativo que se está constituyendo hacia el interior de las unidades de las FFAA y en el ámbito de su personal retirado, tiene más carácter interno, en tanto sienten que sus conducciones profesionales y políticas no se han ni preocupado ni ocupado por la reducción de salarios (40%) que dispuso un fallo dela Suprema Corte de Justicia de la Nación (contrario a su propio fallo anterior) y que afectará a distintos sectores de la matriz salarial tanto hacia el personal militar en actividad como así también el que está en condición de retiro.

Lo cierto es que la diferencia entre lo que cobra un personal militar en actividad y uno de igual jerarquía cuando pasa a situación de retiro, es abismal. 

A modo de ejemplo: Un General de División en activad cobra del orden de los 22 mil pesos y cuanto pasa a situación de retiro su haber se reduce en 14 mil pesos, pasando a cobrar 8 mil. 

Un Capitán de Fragata cobra aproximadamente 12 mil pesos y cuando pasa a situación de retiro su salario se reduce en 7200 pesos y pasa a cobrar 4800 pesos de bolsillo.

Tradicionalmente el personal militar no tuvo nunca grandes salarios acorde a sus responsabilidades, pases permanentes, movilidad y exigencias de dedicación exclusiva, pero esto se compensaba con un retiro que inicialmente alcanzaba casi la totalidad de lo que cobraba en actividad, ya que los retirados seguían aportando a su Caja de Jubilaciones o sea el IAF.


El desfasaje producto de sumas no remunerativas, más la percepción de que al personal militar se lo castiga por el pasado de sus antecesores, sumado a lo que algunos llaman “salario domesticador”, que significa no desarrollar ningún tipo de reclamo so pena de ser pasado prematuramente a retiro y ver así disminuidos sus ingresos familiares, fue creando calladas diferencias hacia el interior de las unidades respecto a sus Generales, Almirantes y Brigadieres. 


En los intersticios de algunas unidades una frase se repite… “no nos defienden porque ni ellos ni sus esposas quieren perder el auto con chofer, la casa oficial, los gastos cubiertos, los viáticos de sus viajes, algunos negocios y sus triplicados salarios”.

Conflicto hacia el interior del Gobierno


Si bien la información ya había tomado cuerpo hace dos semanas en diferentes páginas Web, especialmente aquellas relacionadas con sectores internos de las FFAA, muchos medios nacionales, evitaron tratar el tema, hasta que trascendió que la crisis había llegado al Poder Ejecutivo cuando el Secretario de Seguridad, Teniente Coronel (RE) Sergio Berni presentó su renuncia al cargo en confrontación conla Ministrade Seguridad Nilda Garré.La Presidentehabría rechazado la renuncia -la que no fue presentada con carácter indeclinable- y el tema quedó expuesto.


Lo cierto es que la ministra de Seguridad, Nilda Garré, ordenó a través de una resolución hacer efectivo este fallo dela Corte, decisión que terminó de quebrar su relación con Sergio Berni. “Así es imposible trabajar en tranquilidad con las fuerzas de Seguridad”, citala Weblapolíticaonline, habría gritado el secretario de Seguridad en los pasillos del sexto piso del Edificio Centinela dela Gendarmería, donde tiene su oficina.


Furioso, Berni hizo llegar su renuncia ala Presidenta. Elmensaje que envío ala Casa Rosadaes que nadie podrá conducir a las fuerzas de seguridad, si se acatan estos fallos que recortan sus haberes. Cristina no aceptó su dimisión, pero aún no se sabe cómo avanzará esta interna en el ministerio. La tensión está en su máximo nivel.
La naturaleza del problema
A partir de un fallo dela Corte Suprema, el personal militar y de las fuerzas de seguridad podría tener que devolver parte de los aumentos salariales cobrados en los últimos siete años, al disponer el tribunal que se modifique el cálculo de las actualizaciones de los haberes en el ámbito castrense.


La resolución judicial, que afecta principalmente a los oficiales y suboficiales retirados, no fue todavía aplicada, pero ya comenzó a generar malestar e incertidumbre.


Desde 2005, los aumentos otorgados al personal de las Fuerzas Armadas y de seguridad se aplicaron como “suplementos no remunerativos ni bonificables”, a través de distintos plus por vivienda, vestimenta y estudio, entre otros conceptos, que no se computan en el cálculo de los haberes del personal retirado. 


O sea, un ardid remunerativo como en tantas otras áreas para reducir las condiciones de jubilación y / o en estos casos, de retiro. El tema es que ahora, el fallo judicial, afectará también a los sectores en actividad

Fuentes castrenses revelaron que esos suplementos no remunerativos constituyen hoy casi el 70% del sueldo de los 73.000 militares en actividad, lo que amplía la distancia salarial respecto del personal retirado (unos 50.000), cuyos haberes representan el 38% de los que están en servicio.


Ello provocó en los últimos años una avalancha de juicios, por parte de militares y oficiales de seguridad que lograron medidas cautelares favorables para que se les reconozcan los conceptos no abonados. 


“Los amparos y las recomposiciones salariales dispuestas en sede judicial produjeron un desequilibrio gigantesco en la escala de remuneraciones, con oficiales que multiplicaron sus haberes en forma desproporcionada”, explicó al diarioLa Naciónun vocero de la ministra de Seguridad, Nilda Garré, que recurrió ala Corte“para evitar que siguieran extendiéndose las medidas cautelares sin resolver la cuestión de fondo”.

Ahora, al pronunciarse en el caso Zanotti, la Cortedispuso que los aumentos “deben calcularse no sobre el sueldo bruto, sino sobre el haber mensual”, que no incluye ni adicionales ni antigüedad. 


Y afirmó que no corresponde aplicar el cálculo sobre el aumento acumulado de cada año, sino sobre el sueldo de 2005, para “evitar una indebida repotenciación de los aumentos otorgados”. 

El tribunal revirtió, de ese modo, un criterio que la propia Corte había establecido en marzo de 2011, en la causa Salas. O sea, la Corte Suprema de Justicia contradijo, desdijo o modifico, según se quiera entender, su propio fallo anterior.

Cerca de Garré celebraron el fallo y revelaron que muchos agentes y oficiales “van a tener que devolver parte de los aumentos que habían recibido”.


“El fallo aumenta la sensación de desamparo entre los uniformados”, replicaron en el ámbito castrense, donde se lamentaba “la falta de reacción de los altos mandos”.


Por estas horas en los mandos militares hay preocupación ante el malestar creciente por este fallo. 


Al punto que los “que habían cobrado el aumento de marzo del 2011″, deberán devolverlos al estado.

¿Por qué deben devolverlos? Porquela Cortedice que los aumentos no remunerativos de 2005 a 2009 otorgados por el Gobierno se deben aplicar “no sobre el sueldo bruto sino sobre el haber mensual”, que no incluye antigüedad y adicionales. 


Y deben calcularse sobre el sueldo vigente en 2005 y no sobre el acumulado de cada año “para evitar una indebida repotenciación de los aumentos otorgados”.
Los más perjudicados no son solo los retirados sino también los de grados más bajos en actividad.


El Dr. Sebastian Bonder, especialista en el tema señala…: “en cuanto al Personal Activo, también sufrirá las consecuencias porque las sumas percibidas como suplementos y/o compensaciones serán calculadas tomando como base el sueldo que percibían en junio de 2005 y no sobre el de cada año posterior”. 


Con los haberes regularizados con este nuevo criterio, muchos terminarán percibiendo sumas inferiores y algunas sumas similares a las actuales.

De esta forma, el Alto Tribunal terminó por modificar la forma de liquidar los haberes y retroactivos, la cual había sido dispuesta en su oportunidad por el propio Poder Ejecutivo en los decretos que se están impugnando, “recortando así la deuda que mantiene el Estado con la familia militar en un 60%”, asegura Bonder. 


O sea, gana el Gobierno que se ahorra plata, se contradicela Corte, dejando abierta una puerta a la duda sobre porque modificó su propio criterio anterior y se tensa una situación que no tiene destino más allá de percibir que son un objeto dual entre el resentimiento por una historia pasada y la facilidad con que se puede afectar sus ingresos sin esperar ninguna reacción ni particular consideración social.

Lo cierto es que ahora conviven en el sector de las FFAA y FFSS tres tipos de sueldos. Primero el del personal del SIE que es integro y actualizado. Segundo el del personal dela PFque también lo es a partir de la decisión dela CSJNen el caso Oriolo. Y tercero el del personal de las FFAA, GN y PFN, que por derivación de la sentencia de ZANOTTI han perdido los derechos anteriores.


De no mediar alguna resolución del Poder Ejecutivo que remedie la situación solo quedaría la Corte Interamericanade Derechos Humanos que funciona en Washington, lo que implicaría varios años de espera y costos que todavía no hemos evaluado, dice la Dra.LinaRino en una opinión vertida en la web www.tiempomilitarweb.com.


En cuanto a medidas directas, señalala Dra.Rino, sugiero pensar en comunicaciones masivas a legisladores nacionales y provinciales, medios periodísticos, funcionarios del PE y PJ con la consigna que una Nación no puede ser soberana si sus FFAA, GN y PFN no tienen efectivos, sino carenciados.


Por eso también pueden comenzar a pedirse planes asistenciales también en forma masiva con asistencia de medios de prensa.
Por el otro, amén de las presentaciones que en los juicios haremos a fin de dar vuelta el fallo con un segundo aclaratorio, y retornar las cosas a su cauce normal, haremos las siguientes presentaciones, en los casos que los clientes consientan los términos de las mismas:

  • A la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
  • Al Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y
  • Ala Comisiónde Expertos dela Organización Internacionaldel Trabajo.
En resumen, un tema delicado que aún no es grave, pero que carece de cualquier componente que permita especular con alteraciones del orden político institucional interno. Sí, el gobierno deberá siquiera considerar como se relacionará con estas FFAA que nada tienen que ver con la década de los 70 o los levantamientos carapintadas posteriores. 

 Especialmente si no quiere consolidar resentimientos en el presente por un pasado que no las referencia.

sábado, 11 de agosto de 2012


RAZONES PARA UN SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO

“Si queremos paz, debemos cuidar las armas; si las deponemos jamás tendremos paz”.

Cicerón



ALGUNAS CONSIDERACIONES PRELIMINARES
En el mes de enero de 1983, cuando los argentinos nos encaminábamos hacia un nuevo proceso democrático, Raúl Alfonsín anunciaba públicamente su proyecto de "desmalvinización", al afirmar el día 25 en una nota del diario La Prensa, que ocupar las Islas Malvinas había sido "un error", y que Londres sólo negociaría con un gobierno democrático. 

Tratábase, en realidad, de un mensaje perfectamente claro que prenunciaba la política de desmalvinización y de desarticulación del aparato militar, que fue debidamente tomado en cuenta por los intereses a quienes estaba dirigido.

Más aun, los asesores jurídicos del radicalismo -entre otros: Malamud Goti, Nino, Schifrin, D’Alessio, Gil Lavedra, Paixao- estaban ya pergeñando la puesta en escena de un teatral juicio al estilo de Nüremberg (1), que le confiriera a Alfonsín cierto prestigio internacional, y facilitara en lo interno, el oprobio y desmantelamiento de las FFAA. 


A tal efecto, los militares debían aparecer como la encarnación kantiana del Mal, como asesinos de la dignidad humana, cuyas iniquidades debían ser castigadas aun contrariando principios elementales del derecho al aplicárseles una justicia retroactiva (2), y además violatoria de la Constitución Nacional, al juzgar su accionar con tribunales ad hoc.

Cuando Carlos Menem, quien desgobernó la Argentina durante una década, en aras de algún espurio y fugaz rédito derogó por decreto la Ley 17.531/57 de Servicio Militar obligatorio, además de sepultar un instituto centenario, lo que estaba haciendo en realidad era asestar el golpe de gracia a las FFAA, que son pilares en toda nación organizada, por cuanto aquellas se nutren de ésta y constituyen la defensa armada de su soberanía. 

Así precipitó la cuenta regresiva del proceso de metástasis social que iniciara Raúl Alfonsín; carcinoma que por lo visto aun no ha culminado, desconociéndose cómo y cuándo lo hará.

Como sociedad, deberíamos asumir que en algún lugar hemos extraviado el rumbo, y que es preciso desandar lo andado. 

Pero la realidad, como siempre, nos golpea: nadie puede imaginarse a alguno de nuestros políticos sugiriendo reinstalar el Servicio Militar Obligatorio. 

Mucho menos en una sociedad signada por la cultura del menor esfuerzo y la banalidad; con una dirigencia que antes de poner manos a la obra en determinada empresa, mide la importancia y alcance de los costos políticos. 

Nada se hace si no es en virtud del impúdico beneficio propio. Sólo basta con mirar hacia atrás, para que caigamos en la cuenta de que estamos mucho peor que antes de aquel 6 de marzo de 1994, en que Omar Carrasco fue asesinado.



RAZONES HISTORICAS

Los Regimientos de Línea estaban conformados por enganchados y destinados. 


Los primeros serían lo que hoy conocemos como “voluntarios”, y servían tres años en infantería o cuatro en caballería o artillería. Percibían una asignación mensual que variaba según el Arma y el tiempo de servicio. 

Como el "enganche" no cubría las necesidades del Ejército, el 30 de Octubre de 1858, se sancionó una ley que sería precursora del Servicio Militar Obligatorio, que entre otras consideraciones, decía que “los vagos y mal entretenidos, los que en día de labor se encuentran habitualmente en casas de juego o en tabernas, los que usen cuchillos o arma blanca en la capital y pueblos de campaña, los que cometan hurtos simples o los que infieran heridas leves, serán destinados al servicio de las armas por un término que no baje de dos años ni exceda e cuatro”.(3)

En las postrimerías del siglo XIX, el gobierno del presidente Julio A. Roca se enfrentaba a la ciclópea tarea de materializar la tan ponderada unificación nacional. Su ministro de Guerra, el Cnl Pablo Ricchieri, tenía además, la firme convicción de que se debía reestructurar y modernizar al Ejército, convirtiéndolo en una formidable herramienta para el dominio soberano de la Nación, que también fuera disuasoria de cualquier amague externo. 


En su interior albergaba la idea de implementar un Servicio Militar Obligatorio, que se convirtiera en un elemento de comunión para los hijos de las distintas regiones y orígenes de la Patria.

En palabras del mismo Ricchieri, el SMO estaba llamado a convertirse en "un poderoso instrumento de moralización pública...", toda vez que el objetivo principal no era que los jóvenes aprendieran sólo a manejar un arma y desfilar, sino que tuvieran una única identidad nacional, forjada en un ámbito de disciplina, de principios éticos y morales. 


Mientras perduró, tuvo una inmensa y nunca bien valorada función educadora y social, pues en una sociedad que quiera prosperar no debe haber ignorancia, y sus hombres deben ser personas de bien, con una sólida formación moral.

Con esa filosofía, las FFAA, asistieron sanitariamente, educaron y formaron a millones de jóvenes argentinos, inculcándoles junto al amor a la Patria, una escala de valores, principios de urbanidad y de aseo, ya que muchos no conocían, por ejemplo, un cepillo de dientes. Otros tantos aprendieron las primeras letras que los integraran con la comunidad, o un oficio que les permitiría abrirse camino en sus vidas. 


Pero fundamentalmente y sin ser su razón esencial, ayudó generaciones enteras de argentinos a comprender cabalmente el significado de ser un ciudadano, y de ser iguales ante la LEY, que si bien da derechos, también impone obligaciones.

El heterogéneo contingente que cada año se incorporaba a las distintas unidades en toda la Patria, unía a porteños con provincianos; analfabetos con instruidos; descendientes de inmigrantes con criollos, hijos de familias acomodadas con aquellos que nunca habían tenido cuatro comidas al día. 


Era pues natural que los primeros tiempos fueran de incertidumbre y regionalismos, de camarillas y rivalidades. 

Pero la vida militar imbuye a los hombres algo que pocos entienden, y que en ninguna góndola de la economía de mercado se puede conseguir: el Espíritu de Cuerpo.


RAZONES GEOPOLITICAS

Así como la guerra es la continuación de la política a través de las armas, las guerras modernas sólo se ganan cuando se logra quebrar la voluntad adversa del enemigo. 

El Nuevo Orden Mundial y la Globalización propugnada por intereses multinacionales, la desidia de una sociedad enferma terminal, la corrupción que genera miseria, ignorancia y carencia de valores, sumadas a la ausencia de Justicia, son factores que irremediablemente conducirían a cualquier nación empobrecida a la balcanización.

En tal sentido, la acción psicológica de intereses anglo-americanos, se ha desarrollado siempre sobre la estrategia de provocar pequeñas guerras civiles controladas, hacedoras de caos social, como en el pasado en India, Birmania, África, Oriente Medio; luego en el Sudeste Asiático, Sierra Leona, Costa de Marfil, Congo y Angola; como también en Sudamérica y más recientemente las guerras secesionistas de la ex Yugoslavia. 

Si quisiéramos hacer una semblanza e imaginar cuál sería nuestro destino como nación, recordemos que el trágico período de guerras civiles conocido la Anarquía del Año XX nos costó perder el Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental.

”…es preciso que el servicio militar sea obligatorio de verdad para que todas las clases sociales estén representadas en las FFAA… y aquellos que por distintas causas no estén aptos por vigor físico o capacidad intelectual... pasarán a trabajar en proyectos sociales en cualquier punto del país...

Esta afirmación no corresponde a ningún nostálgico militar argentino, ni a la Ley Ricchieri, sino al Ministro de Asuntos Estratégicos del Presidente Lula da Silva, el filósofo Roberto Mangabeira Unger.

Asimismo, agregó el ministro, que "existe consenso entre dirigentes civiles y militares de que el servicio militar obligatorio debe ser mantenido y profundizado”, porque su país necesita tener un escudo “no sólo contra las agresiones sino contra las intimaciones"; y a la luz de ciertas pretensiones hegemónicas de fantoches regionales, o de imperialismos transnacionales, poder “decir que no cuando deba decir que no".

En esa estrategia el gobierno brasileño duplicó en 2008 el presupuesto militar, y acaba de firmar un acuerdo con Francia para la adquisición de casi 14.000 millones de dólares en equipamiento militar; cifra que supera holgadamente las compras de Chile, Venezuela y Colombia juntas. 

Para la administración de Lula es preciso que las Fuerzas Armadas recuperen su poder "de disuasión", y al mismo tiempo “propender al desarrollo integral de la industria nacional, como proveedora de los insumos y equipos”.

En tanto, el ministro de Defensa, Nelson Jobim, en una ceremonia de entrega de aviones Mirage a la FAB; consideró que esta readecuación militar permitirá superar las desventajas regionales.. 

Es innegable que estamos ante la reacción brasileña luego del anuncio de EE.UU. de aumentar y ampliar sus bases en Colombia y de que el Departamento de la Defensa instruyera al Comando Sur para reactivar la IV Flota y patrullar tanto el Caribe y el Pacífico como el Atlántico Sur.

No es un secreto que Brasil, como potencia emergente sudamericana, ha promovido en la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) la creación de un Consejo Sudamericano de Defensa, toda vez que para el Planalto, una alianza militar sin injerencia de Washington evitaría que se internacionalicen futuras crisis como la colombiana, y así se intente legitimar el principio de “ataques preventivos” en una hipotética guerra contra el narcoterrorismo en un Cono Sur de enorme importancia geopolítica.

Pero en tanto que la diplomacia brasileña fomenta la creación de una fuerza militar conjunta latinoamericana, EEUU desarrolla una nueva doctrina estratégica basada en alianzas con países sudamericanos, en un marco de inminentes pugnas feroces por la energía y los recursos naturales, tan importantes como el agua. 

No es casual que mister Tony Blair, ex Primer Ministro británico devenido en lobbysta, haya anunciado en una reunión parlamentaria del G8 en Tokio, que Brasil debería contar con “ayuda internacional” para proteger el Amazonas, el Acuífero Guaraní, y podemos inferir que también las reservas de petróleo recién descubiertas en el océano Atlántico por Petrobras.

La Argentina en cambio hoy se encuentra inerme, y no deberíamos desdeñar la amenaza que implica la eventual embestida de corporaciones multinacionales con gran poder económico y político que, como en nuestro caso, supera al de varios estados. 

Lo alarmante es que éstas mayormente materializan sus estrategias a través de acciones armadas, contando con ejércitos privados y “servicios” tan poderosos, que tienen la capacidad de generar y combatir mafias, o simplemente promover la insurgencia que derroca gobiernos que no acepten sus recetas.

RAZONES ECONOMICAS


En un país desvastado como el nuestro, el cumplimiento del Servicio Militar Obligatorio tendría una incidencia fundamental en el proceso de mejoramiento económico, no sólo por las industrias que genera, sino también por la cualificación laboral de las próximas generaciones de argentinos. 

Este fenómeno es comprensible desde un enfoque macroeconómico del asunto, toda vez que sólo mejorando la calidad y el volumen de nuestro mercado laboral, mejorarán entre otras variables, el empleo, la estabilidad de precios, la producción y la “distribución de la renta”, tan pregonada desde los atriles de Balcarce 50.

El desarrollo pleno de una economía se sustenta tanto con factores inmediatos como mediatos, es decir, de elementos actuales, como futuros que no necesariamente sean consecuencia directa de aquellos. 

Va de suyo que, merced a un intensivo plan de formación profesional, el Servicio Militar Obligatorio debería ser apreciado más que como un pesado lastre, como una inversión que efectiva y sanamente ha de incidir en nuestros jóvenes, tanto en sus cualidades las morales como en el desarrollo de aptitudes y conocimientos técnicos.

En la Argentina del siglo XXI, casi la quinta parte de los niños que ingresan a la escolaridad primaria provienen de familias cuyos padres JAMAS trabajaron, en virtud del clientelismo desarrollado en más de veinticinco años de gobiernos populistas, que en lugar de fomentar la creación de fuentes laborales, desarrollar medios de comunicación vial y proyectos de producción, dilapida la contribución de los que trabajan; forjando desde aquella legendaria Caja PAN hasta nuestros días una generación de parásitos sociales. 

No es por falta de recursos, sino por la absoluta carencia de moral, que mueren niños desnutridos en un país exportador de alimentos.

Aquellos que se incorporen al SMO deberían ser instruidos militarmente en el lapso de un año en la más estricta disciplina, como corresponde a toda institución armada. 

Luego de dicho periodo –o durante el mismo-, deberán recibir escolaridad primaria y/o secundaria según el caso, tras lo cual optarán por programas de instrucción que comprendieran materias como carpintería, construcción, metalúrgica, enfermería, producción textil y alimenticia, mecánica, tornería, electricidad y electrónica, agricultura y zootecnia, sistemas, etc.

Estructuras edilicias hay de sobra: antes que terminen de rematar los predios de las FFAA, o que instauren más museos de la desmemoria, sería apropiado darles una verdadera utilidad, en donde los soldados que tuvieran conocimientos adquiridos antes del ingreso, asistan como furrieles especialistas a quienes instruyan a aquellos que se están formando; desplegando la Compañía a partir de allí, una valiosa actividad social en zonas carenciadas, en emergencia, o afectadas por factores fortuitos.

Las Fuerzas Armadas se nutren del pueblo al cual pertenecen y protegen. Pueblo y FFAA son una sola entidad siendo éstas el brazo armado de aquél. 

Quienes cumplan con el SMO podrán desarrollarse profesionalmente en un adecuado y necesario marco disciplinario, forjador de la tan necesaria escala de valores hoy desconocida por muchos, adquiriendo tanto el conocimiento de una determinada materia, como también instruyéndose para ejercer el no menos valioso deber-derecho de “armarse para defender a la Patria”, imbuidos del más noble sentimiento que el hombre pueda tener, aquel que nos hace ofrendar la propia vida sin esperar reconocimiento alguno.

En sentido objetivo, el servicio militar es de vital importancia a mediano plazo, tanto para la seguridad de la Nación, como para el desarrollo individual de aquellos que prestarán servicios profesionales o técnicos a la sociedad a la que pertenecen, desarrollando las potencialidades adquiridas en el servicio, o ampliando y/u optimizando las que ya traían al ingresar, tanto en beneficio de la Patria y de la Institución a la que estén incorporados, como de ellos mismos.


RAZONES MORALES


A diario, las noticias dan cuenta del incremento de la violencia juvenil en las calles, las escuelas o a la salida de una discoteca, siendo éste otro estigma más de la generalizada corruptela de una sociedad con evidentes síntomas de descomposición moral. 

La Argentina se ha convertido hoy virtualmente en tierra de narcos, donde grupos de adolescentes asesinan en cualquier esquina a un ser humano porque no pagó un “peaje”. Es que nadie se da cuenta de que la peor crisis es la moral?

Los padres de familia ya casi no tienen autoridad sobre sus hijos. 

No existen límites, ni la familia funciona como factor moral de contención.

El Servicio Militar Obligatorio estuvo siempre en el centro de todas las discusiones éticas y morales, pues para algunos representa una limitación a la libertad del hombre, valor fundamental de los derechos humanos. 

Al menos, eso es lo que desde hace tiempo nos quieren hacer creer los intereses foráneos y nuestros idiotas útiles, a través de una intensa campaña psicológica. 

En tal sentido, nosotros mismos deberíamos comenzar por admitir que la libertad para ser tal, ciertamente tiene múltiples limitaciones, y que las mismas hacen plantearnos en qué consiste la verdadera libertad como valor fundamental.

Las sociedades se cimientan sobre la base de normas éticas, morales, culturales y de derecho positivo. 

Y en lo que respecta a la actuación del hombre en esa sociedad, es menester un esquema jurídico que regule sus actos, limitando su libertad en aras del bienestar común y la paz social. 

El Estado tiene y debe utilizar los medios legislativos destinados a tal efecto, pues esa es su función y su razón de ser. Si bien es verdaderamente complejo efectuar un análisis objetivo sin que alguien se sienta rozado por un tema tan delicado como son los derechos humanos, éstos en modo alguno justifican el incumplimiento de una obligación, que en este caso está por encima de todo, y es el llamado de la Patria.

RAZONES SOCIALES


El Imperio romano se extendió durante trece siglos, dejando para la humanidad un legado cultural insoslayable. Para ellos –como para cualquier otra civilización- el respeto irrestricto a los mayores tenía características institucionales. 

De hecho, el único organismo de gobierno que conservaron durante las distintas etapas de su evolución desde la monarquía hasta el imperio, fue el Senado (del lat.. senex/anciano) que era un “consejo de ancianos” cuya influencia en el desarrollo del imperio fue transcendente. 

Este colegiado tenía además la potestad de nombrar un dictador y determinar cuándo era necesario el nombramiento y quién debía ejercer el cargo. 

Así en una escala menor, el ”pater familiae” era respetado en sus facultades y potestades cualquiera fuese su edad. 

He aquí la razón por la cual el respeto a las instituciones estaba tan arraigado en esa sociedad, y la razón de que pervivan sus enseñanzas.

Alarmados vemos que delincuentes cada vez más jóvenes, ingresan a una vivienda donde viven ancianos que, luego de haber laborado duramente toda su vida, son molidos a golpes, torturados y asesinados para robarles lo poco que puedan aun conservar; irradiados de su comunidad porque ya no están mas incluidos en el “mercado productivo”. 

Qué elementos tiene nuestra sociedad para poner límites a esto? 

De qué hogar provienen los sujetos que así actúan? 

Son de alguna forma reeducables? 

Quien no respeta a sus mayores no respetará jamás a sus padres, a un funcionario, un policía, un magistrado, una institución, un gobierno, o una sociedad.

A los argentinos nos cuesta cada vez más respetar las normas, sean éstas meramente sociales, morales, de tránsito, educativas, civiles, penales, éticas, deportivas, de convivencia, o de respeto a los mayores. 

Sabido es que las sociedades se yerguen sobre estructuras normativas que necesariamente deben ser observadas por sus individuos, so pena de ser pasibles de condenaciones, que van desde las mínimas como la recriminación o el reproche social y las pecuniarias, hasta las privativas de la libertad. 

Pero la solución no pasa por encarcelar gente. 

Hay que educarla, formarla en la cultura del trabajo, generar empleo, y darle dignidad para poder exigirle hábitos de conducta después.

Como el altruismo, la delincuencia es inherente a la esencia misma del hombre. 

Puede nacer en cualquier ámbito. 

Pero es ferozmente brutal cuando proviene de seres marginados, criados en un ambiente de resentimiento. 

A este cóctel de injusticia social, hambre, ignorancia, promiscuidad y carencia de valores se le han sumado las drogas, cada vez más fáciles de conseguir, con lo cual el delito ya no volverá a ser lo mismo que antes.

Es verdad que muchos potenciales delincuentes fueron incorporados a las fuerzas armadas en virtud del SMO. 

Como también es verdad que muchos de ellos se redescubrieron a sí mismos en la vida cuartelaria: el trato firme, las privaciones, el rancho, los castigos, la solidaridad, la milonga, el furtivo pan compartido, el capellán, la camaradería, las anécdotas después del toque de Silencio, la amistad que nace del simple hecho de prestar un birrete, y tantos etc. convirtieron en hombres de bien a quienes pudieron no haberlo sido.

RAZONES PROFESIONALES


Luego del asesinato del conscripto Omar Carrasco, la conducción política de entonces, decidió que se debía “suprimir el SMO y profesionalizar las FFAA”. 

Pero a fuer de ser claros, hemos de estar de acuerdo en que no se han profesionalizado en absoluto; antes bien, casi no existen. 

Es que en aquellas políticas que muchos ven como una burda persecución ideológica contra viejos soldados, en las cuales se defenestra a las FFAA/FFSS, en realidad hay un prolijo y sistemático plan gramsciano para que la Nación quede desarmada ante el incontenible avance del narcotráfico y sus múltiples meganegocios conexos.

Tal vez deberíamos tomar nota del ejemplo que nos da uno de los ejércitos más profesionales y efectivos del mundo, el israelí, en donde el servicio militar es obligatorio y dura tres años.. 

Esencialmente, sociedad y Ejército son una unidad, ya que una gran parte de quienes han cumplido con el SMO, sirven luego periódicamente durante muchos años. 

Y debido a que los soldados a menudo tienen rangos que no se corresponden necesariamente con su condición en la vida civil, las FFAA de Israel se han convertido en una efectiva fuente de igualdad social y contribuyen a la integración de individuos de diferentes sectores.

Si bien siempre han contado con apoyo exterior, y mejores sistemas de armas que los de sus enemigos, las Fuerzas de Defensa de Israel tienen como ventaja principal la alta calidad de sus tropas, su motivación y entrenamiento intensivo. 

Además las FDI se han hecho cargo de una variedad de funciones para la sociedad en general: con servicios especiales a los nuevos inmigrantes, elevando los niveles educativos para los adultos que no recibieron educación básica en sus países de origen, proveyendo maestros para los poblados en desarrollo, ayudando a las zonas desaventajadas y respondiendo a situaciones de emergencia en el sector civil.

A diferencia de la mayoría de los ejércitos del mundo, en Israel el Ejército comienza a seleccionar a sus candidatos para las unidades de élite, antes de que éstos terminen sus estudios secundarios. 

Deben pasar por una fase de selección en donde deben superar rigurosos exámenes físicos e intelectuales. De los cientos de aspirantes, sólo medio centenar supera el ingreso, y de ellos menos de la mitad serán integrados a las unidades de fuerzas especiales. 

Una vez finalizado el servicio militar, el soldado puede reintegrarse a la vida civil en condición de reservista, obligándose a volver al ejército cada año durante un periodo de casi un mes, para actualizar su especialización. (4)

TODAS LAS RAZONES, UNA SOLA RAZON

Hoy asistimos impotentes a la angustiante y progresiva degradación de nuestros jóvenes, quienes además carecen de referentes genuinos y de parámetros sociales y culturales adecuados; siendo en muchos casos la adicción a las drogas que se comercializan impunemente, la escapatoria obligada para sus frustraciones. 

Ello es en virtud de la gran cantidad de “cocinas” elaboradoras de drogas que han proliferado en el conurbano bonaerense, y cuyos desechos son utilizados para la elaboración del "paco" de rápida acción adictiva, y de desempeño mucho más letal que las otras.

A su vez, es patético ver que nuestras Fuerzas de Seguridad se encuentran maniatadas, toda vez que, a estas alturas, a nadie escapa que no hay intención alguna del poder constituido de implementar políticas represivas del narcotráfico. 

Más bien todo lo contrario: nos encaminamos hacia el abismo social en el que las guerras de narcos serán moneda corriente. 

El próximo paso será instalar el debate de políticas abortistas, y aceptar que los carteles de la droga y gobiernos extranjeros puedan "colaborar", para elegirnos un presidente.

Así han conseguido que los jóvenes estén hoy a la deriva; y es ese un mal pronóstico, toda vez que una nación que no resguarda y forma a sus jóvenes adecuadamente, está destinada irremediablemente a extinguirse. 

En tal sentido, el SMO está llamado a ser el vehículo propulsor de una profunda, necesaria y urgente reforma moral, económica y social.

sábado, 16 de junio de 2012


GUEMES EN BUENOS AIRES

General Martín Miguel de Güemes (1785-1821)

Podríamos imaginar la indiferencia que habrá causado la muerte del valeroso gaucho y general Martín Miguel de Güemes en la alta sociedad porteña, cuando La Gaceta de Buenos Aires publicó, el 19 de julio de 1821, que “murió el abominable Güemes al huir de la sorpresa que le hicieron los enemigos.  

Ya tenemos un cacique menos…”.  

Desgarradora y errada conclusión para quien en vida dio lo mejor de sí, su cristalina condición de gaucho noble y arrojado, desde que se inició en el riesgoso camino de las armas.

Si el final de una vida de servicios a la Patria tenía ese “reconocimiento”, nada podría esperarse del hallazgo de algunos hermosos datos que ayudarían a contrarrestar, sin lugar a dudas, las varias veces distorsionada biografía del gaucho paladín que la enseñanza de la escuela liberal nos impuso desde pequeños.  

De allí la hechura de este artículo, de allí la necesidad de devolverle a Güemes apenas un poco de lo mucho que él nos dio para asegurar el suelo que pisamos.

Güemes, cadete y subteniente en el Regimiento Fijo de Buenos Aires.

Para grata sorpresa de muchos, Martín Miguel de Güemes revistó como cadete y subteniente del entonces denominado Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Ayres, según consta en diversos documentos comprendidos entre 1808 y septiembre de 1809. 

Uno de ellos, que yace en la Sala IX-26-7-6, libro 8, foja 394 y siguientes del Archivo General de la Nación, contiene un listado de oficiales y cadetes del antiguo regimiento Fijo de Buenos Aires, que al referirse a nuestro gaucho salteño dice “Cadete don Martin Guemes”, ubicado en el puesto número 11 en la jerarquía del mencionado listado.  

Lo encabeza el Ayudante Mayor don Pedro Durán, seguido del Capitán José Piris.

Cabe recordar que tras la Segunda Invasión Inglesa al Plata, en 1807, Buenos Aires vivió momentos de relativa calma, de aparente tranquilidad, la cual se rompe en mayo de 1810, como se sabe.  

Durante ese trienio, y por las extraordinarias acciones llevadas a cabo por el joven Martín Güemes contra los ingleses, éste gozaba de un prestigio más que considerable.  

Lo demuestra el hecho de que aparte de ser cadete en el regimiento porteño, Güemes ostentaba el grado de Teniente del Cuerpo de Granaderos del Virrey de Buenos Aires, General Santiago de Liniers.  Incluso fue su edecán.

Ya incorporado Martín Miguel de Güemes al Regimiento Fijo de Buenos Aires como cadete, el 10 de marzo de 1808 remite una carta al Virrey Liniers con la idea de gestionar un viaje de urgencia a Salta capital, con motivo del fallecimiento de su padre. 

Argumenta, entre otras cosas, que “me es preciso pasar a dicha ciudad por el termino que la bondad de Vuestra Excelencia tenga bien hasta evacuar inventarios, partidas y por ultimo dar cumplimiento a la ultima disposición de mi dicho finado padre”.  

Añadimos que el padre del insigne prócer, hablamos del señor Gabriel de Güemes Montero, había sido ministro de Real Hacienda de la ciudad de Salta.  

En dicha carta, también alega el gaucho Güemes estar algo enfermo, situación que aseguró su anhelado viaje al terruño natal.

Güemes parece sentir el rigor de una incipiente hemofilia que afecta de a poco su salud.  Recién volverá a la ciudad portuaria los primeros días de septiembre de 1809, dado que su licencia por enfermedad tenía carácter de “ylimitada”.  

Tiempo atrás, más precisamente el 13 de enero de 1809, la Suprema Junta Gubernativa del Reino de España, ubicada en Sevilla, le expidió a Martín Miguel de Güemes el ascenso a subteniente efectivo del Regimiento Fijo de Buenos Aires.

Poco antes de que expire el poder virreinal de don Santiago de Liniers, Güemes le manda decir que como “para mi curación y subsistencia necesito tener los auxilios precisos de mi pequeño sueldo, se ha de servir el piadoso corazón de / Vuestra Excelencia mandar que en ésta Tesorería de Real Hacienda de Salta, se me asista con el precitado y correspondiente sueldo, que gozo según el cese que tuve del que percibí en mi Cuerpo”.  

Concretamente: Güemes, aquél héroe de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires, percibía un magro sueldo que no le servía de mucho para paliar los problemas de salud que lo aquejaban desde hacía un tiempo, y que por ello pide se le reintegren los sueldos que durante su ausencia debió percibir, sea en el Regimiento Fijo de Buenos Aires como en el Cuerpo de Granaderos del Virrey Liniers.  

El justificativo era que Martín Güemes, si bien estuvo en Salta, seguía figurando en los listados de ambos cuerpos armados como oficial.

Sin embargo nuevos ecos revolucionarios regresaban a la cuenca del Río de la Plata, y al frente del Virreinato estaba ahora Baltasar Hidalgo de Cisneros, el cual desoirá el justo reclamo de Martín Miguel de Güemes.  

En oficio del 23 de septiembre de 1809, queda sentado el rechazo a la petición del gaucho patriota.  

Podría afirmarse, entonces, que en una etapa de la vida nacional en la que prevaleció la paz, sin grandes batallas a la vista, el paso de Güemes por el regimiento de Buenos Aires no estuvo signado por grandes episodios, pero justamente por tal motivo muy pocos conocen la huella dejada por el insigne salteño en el primer regimiento criollo del país.  

A partir de 1810 Güemes iniciará la Guerra Gaucha, épica gesta que merece todo nuestro respeto, reconocimiento y admiración.

El prócer sin retrato original

Pero si el olvido y el maltrato de la figura de Martín Miguel de Güemes no fueran aún suficiente, agregaremos que pesa sobre él la triste particularidad de que nunca fue retratado en vida.  

Resulta sorprendente y hasta lamentable que uno de nuestros mejores hombres, hacedor de innumerables patriadas, no haya quedado plasmado para la posteridad en alguna pintura u óleo que lo refleje.

Por ende, es acertado suponer que la fisonomía de Güemes está más bien idealizada, como la que popular y erradamente se tiene del soldado de Granaderos –jamás fue sargento- Juan Bautista Cabral, al cual se lo suele representar de tez blanca, cuando en verdad era moreno.

El retrato más cercano a la realidad que posiblemente exista sobre el general Güemes, es el confeccionado por el artista francés Ernest Charton a don Carlos Murúa Figueroa Güemes, sobrino nieto del patriota, de importante parecido con aquél.  

El retratista se instaló en la casa del doctor Juan Martín Leguizamón con todo su taller de pintura, y allí efectuó la obra utilizando el lápiz como técnica.

Dicho retrato, que data de 1876, fue el primero que se hizo en honor del ilustre salteño.  Se destaca, asimismo, que en aquel momento el señor Murúa Figueroa Güemes tenía más edad que la que tuvo don Miguel Martín al momento de morir, por eso en la iconografía corriente aparece su rostro como si fuera más longevo.  

El general Güemes vivió hasta los 36 años, mientras que Carlos Murúa Figueroa Güemes andaría por los cuarenta o cincuenta años de edad cuando le propusieron posar.

El subtítulo de este apartado, por lo tanto, no cae en el error: Martín Güemes, el indomable gaucho del norte argentino que llegó a general tras el nombramiento concedido por José de San Martín, es un prócer sin retrato original. 

¡Cuántos falsos próceres, sin merecerlo desde luego, fueron exaltados en vida por el arte!

Tenemos la súbita reacción de exaltar la figura de Güemes cada vez que intentamos buscar, con su ejemplo, el camino para afianzarnos en la auténtica reconstrucción y liberación que todavía nos debemos los argentinos.  

Y este acto reflejo, que nace del corazón, difícilmente pueda lograrse con aquellos logiados que el engaño y la confusión ensalzaron como “patriotas ejemplares” de nuestra historia.    

Autor: Gabriel Oscar Turone

Bibliografía

Revista del Archivo General de la Nación, Año IV, N°4, Buenos Aires 1974.
Romero Sosa, Carlos María. “Güemes”, Diario “La Nación”, Agosto 2008.
www.revisionistas.com.ar
Yaben, Capitán de Fragata (R), Jacinto R. “Biografía Argentinas y Sudamericanas”, Tomo II, 1938.

domingo, 3 de junio de 2012


MANUEL BELGRANO

Manuel Belgrano (1770-1820)
En el libro parroquial de bautismos de la Iglesia Catedral de Buenos Aires, iniciado en el año de 1769 y concluido en el de 1775, se lee al final de la página 43: 


“En 4 de junio de 1770, el señor doctor don Juan Baltasar Maciel canónigo magistral de esa santa iglesia Catedral, provisor y vicario general de este obispado, y abogado de las reales audiencias del Perú y Chile, bautizó, puso óleo y crisma a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús, que nació ayer 3 del corriente: 


es hijo legítimo de don Domingo Belgrano Pérez y de doña Josefa González: 


fue padrino D. Julián Gregorio de Espinosa”.


Nació nuestro héroe, cuarenta años antes de la gran revolución que lo inmortalizó y a la que sirviera con abnegación ejemplar.


Manuel Belgrano fue el cuarto hijo de un matrimonio que tuvo ocho varones y tres mujeres. 


El padre, Domingo Belgrano y Peri, había llegado al Plata en 1751. 


 Era genovés. 


En Buenos Aires prosperó; obtuvo la naturalización; integró el núcleo de comerciantes importantes; se casó en 1757 con doña María Josefa González Casero -de antiguo arraigo en la ciudad-, y dio a su numerosa familia, educación esmerada y vida cómoda. 


Los hijos correspondieron a la solicitud de los padres: sirvieron al Estado en la milicia, en la administración o el sacerdocio, con dedicación y brillo.


Quebrantos financieros en los últimos años de su vida -murió en 1795- motivados por un proceso en el cual se vio implicado sin razón, le crearon situaciones difíciles. 


Los hijos se hicieron cargo de las obligaciones pendientes, al abrirse la sucesión. 


Y la gloria de su cuarto vástago arrancó para siempre del anónimo a este esforzado comerciante ligur que tuvo confianza en la generosa tierra del Plata.


Sus comienzos


Belgrano cursó las primeras letras en Buenos Aires. En el Colegio San Carlos, bajo la dirección del Dr. Luís Chorroarín, estudió latín y filosofía, acordándosele el diploma de licenciado en esta última disciplina el 8 de junio de 1787, cuando ya se encontraba en España adonde lo había enviado su padre para instruirse en el comercio.


Sin embargo, fue en la Universidad de Salamanca, donde se matriculó, graduándose de abogado en Valladolid en 1793. Poco ha contado Belgrano de su paso por las aulas peninsulares. 


Más le interesaron las nuevas ideas económicas, las noticias de Francia y su revolución – filtradas a pesar de la rigurosa censura -, las discusiones de los cenáculos madrileños donde se hablaba de los fisiócratas – mágica palabra – y hacían adeptos Campomanes, Jovellanos, Alcalá GaIiano.


Conoció la vida de la Corte, viajó por la Península, leyó a sus autores predilectos en francés, italiano e inglés; cultivó, en fin, su espíritu.


Cercana la hora del regreso recibió a fines de 1793 una comunicación oficial en la que se le anunciaba haber sido nombrado Secretario perpetuo del Consulado que se iba a crear en Buenos Aires. 


En febrero de 1794 se embarcó para el Plata. Iniciaba, así, a los veinticuatro años de edad, su actuación pública. 


Hasta su hora postrera, estaría consagrado a servir a sus compatriotas.


Apoyó la creación de establecimientos de enseñanza, como las Escuelas de Dibujo y de Náutica. Redactó sus reglamentos, pronunció discursos, alentó las vocaciones nacientes y trató de dar solidez a estas escuelas, prontamente anuladas por la incomprensión peninsular.


Halló todavía tiempo para traducir un libro de Economía Política, redactar un opúsculo sobre el tema, contribuir a la fundación del “Telégrafo Mercantil”,. e interesar a un grupo de jóvenes que como él deseaba lo mejor para su patria, en los principios fundamentales de la economía política. 


No descuidó, sin embargo, su tarea específica de secretario del Consulado, donde, detallada y cuidadosamente, redactaba las actas. 


Durante una década – agitada ya por fermentos e inquietudes — se preparó para manejar a los hombres y encauzar los acontecimientos. 


El primer cañonazo del invasor inglés – que precipitó los hechos- alejará a Belgrano de su bufete, para lanzarlo a la acción.


Actitud durante las Invasiones Inglesas


El 27 de junio de 1806 fue un día de luto para Buenos Aires. Bajo un copioso aguacero desfilaron hacia el Fuerte los 1.500 hombres de Beresford, que abatieron la enseña real, mientras el virrey Sobremonte marchaba, apresurado, hacia Córdoba.


Belgrano – capitán honorario de milicias urbanas – había estado en el Fuerte para incorporarse a alguna de las compañías que se organizaron y que nada hicieron, luego, para oponerse al invasor. 


“Confieso que me indigné; me era muy doloroso ver a mi patria bajo otra dominación y sobre todo en tal estado de degradación que hubiera sido subyugada por una empresa aventurera, cual era la del bravo y honrado Beresford, cuyo valor admiro y admiraré siempre en esta peligrosa empresa”.


Días más tarde los miembros del Consulado prestaron juramento de reconocimiento a la dominación británica. Belgrano se negó a hacerlo, y como fugado, pasó a la Banda Oriental, de donde regresó, ya reconquistada la ciudad, aunque habían sido sus propósitos participar en la lucha popular.


Belgrano militar


Al organizarse las tropas para una nueva contingencia, Belgrano fue elegido sargento mayor del Regimiento de Patricios. 


Celoso del cargo, estudió rudimentos de milicia y manejo de armas, y asiduamente cumplió con sus deberes de instructor. 


Cuando quedó relevado de estas funciones fue adscripto a la plana mayor del coronel César Balbiani, cuartel maestre general y segundo jefe de Buenos Aires. 


Como ayudante de éste, actuó Belgrano en la defensa de Buenos .Aires.


A comienzos de 1815, Manuel Belgrano abandona completamente sus funciones militares y es enviado a Europa, junto a Rivadavia y Sarratea, en funciones diplomáticas. 


Conoce allí al célebre naturalista Amado Bonpland, y lo convence de venir a América, a estudiar la naturaleza y el paisaje de estas regiones.


También se destacará como diplomático, desarrollando una importante labor propagandística, cuya finalidad es que la revolución sea reconocida en el Viejo Continente.


Propuesta monárquica


Regresa al país en julio de 1816 y viaja a Tucumán para participar de los sucesos independentistas, donde tiene un alto protagonismo. 


Tres días antes de la declaración de la Independencia (9 de julio de 1816), declama ante los congresistas e insta a declarar cuanto antes la independencia. 


Propone una idea que contaba con el apoyo de San Martín: la consagración de una monarquía: 


“Ya nuestros padres del congreso han resuelto revivir y reivindicar la sangre de nuestros Incas para que nos gobierne. 


Yo, yo mismo he oído a los padres de nuestra patria reunidos, hablar y resolver rebosando de alegría, que pondrían de nuestro rey a los hijos de nuestros Incas.”


 No obstante, la propuesta monárquica de Belgrano no prospera, dado que habían corrido rumores de que incluía la cesión de la corona a la casa de Portugal.


Más tarde, Belgrano seguirá desarrollando una ardua actividad político-diplomática: por ejemplo, será el encargado de firmar el Pacto de San Lorenzo con Estanislao López que, en 1919, pondrá fin a las disputas entre Buenos Aires y el litoral. 


Además, volverá a encabezar el Ejército del Norte, en el cual, gracias a la fama que gozaba entonces como jefe y patriota, será vivamente admirado por la tropa.


Sus últimos días


Aquejado por una grave enfermedad que lo minó durante más de cuatro años, y todavía en su plenitud, el prócer murió en Buenos Aires el 20 de junio de 1820, empobrecido y lejos de su familia. 


Si bien no se casó, de sus amores con una joven tucumana nació su hija, Manuela Mónica, que fuera enviada por su pedido a Buenos Aires, para instruirse y establecerse. 


También tuvo un hijo con María Josefa Ezcurra. Juan Manuel de Rosas y Encarnación Ezcurra, hermana de María Josefa, adoptan al pequeño, que pasa a llamarse Pedro Rosas y Belgrano.


Sólo un diario, “El Despertador Teofilantrópico” se ocupó de la muerte de Belgrano, para los demás no fue noticia.


Culminaba así una vida dedicada a la libertad de la Patria y a su crecimiento cultural y económico. 


En este sentido, se destaca de Belgrano que fue el promotor de la enseñanza obligatoria que el virrey Cisneros decretó en 1810. 


Se destaca también su labor como periodista (después de su actuación en el Telégrafo Mercantil), creó el Correo de Comercio, que se publicó entre 1810 y 1811, y en el cual se promovió la mejora de la producción, la industria y el comercio); y como fundador de la Escuela de Matemáticas (en 1810, costeada por el Consulado), y de la Academia de Matemáticas del Tucumán, que en 1812 instauró para la educación de los cadetes del ejército.
Fuente


Corvalán Mendhilarzu, Dardo: “Los Colores de la Bandera Nacional”. Hist. de la Nac. Arg.
Educar
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Fernández Díaz, Augusto: “Origen de los Colores Nacionales”. Revista de Historia, Nº 11.
HT (Hijo ‘e Tigre) – La Bandera Nacional.
Ramallo, Jorge María: “Las Banderas de Rosas”. Rev. J. M. de Rosas, N’ 17.
Ramirez Juárez, Evaristo: “Las Banderas Cautivas”.
Rosa, José María – Historia Argentina.
Turone, Gabriel O. – Manuel Belgrano (2007).
www.revisionistas.com.ar