Nació el 31 de mayo de 1941 en la ciudad de Buenos Aires.
Ingresó al Colegio Militar de la Nación el 19 de febrero de 1958, y egresó como subteniente del arma de infantería.
Su último destino fue la Escuela Superior de Guerra, en calidad de alumno. Poseía la especialidad de paracaidista militar.
Estaba casado con la señora Raquel Elvira Villegas, con quien tuvo cuatro hijos.
Falleció el 2 de octubre de 1974.
Fue ascendido post mortem al grado de mayor.
Siendo las 07:30 horas del día 2 Octubre de 1974, el Capitán Paiva, se encontraba en una parada de ómnibus, para dirigirse a su destino.
De improviso, tres individuos jóvenes que lo habían seguido, le dispararon con un arma automática, hiriéndolo mortalmente y dándose a la fuga en un vehículo que los esperaba, conducido por una mujer.
El autodenominado ERP publicó en su órgano de prensa y propaganda N° 43 Estrella Roja (4 de noviembre de 1974, página 18), bajo el título Crónica de la Guerra Revolucionaria, correspondiente a las acciones del mes de octubre, lo siguiente:
Día 2, Buenos Aires.
El ERP ejecutó al Capitán del Ejército contrarrevolucionario Miguel Ángel Paiva.
Los diarios del día 3 de octubre de 1974, publicaron los detalles del asesinato, mientras que otros títulos expresaban que la Presidente denunció la actividad de mercenarios al servicio de intereses extranjeros, en el mensaje dirigido al país desde Santiago del Estero.
Clarín tituló en su primera página:
Asesinaron en Palermo al Capitán Miguel Paiva
y en el desarrollo del artículo expresa:
Ayer, a las 07:20 el Capitán Miguel Angel Paiva abandonó su domicilio ubicado en Córdoba 4665 y se dirigió caminando hacia la parada de los ómnibus de la línea 15, en los que habitualmente viajaba hacia la Escuela Superior de Guerra.
Paiva, que vestía de civil, cruzó la avenida Córdoba en diagonal, en dirección a un portón negro por el que se ingresa a un Salón de Fiestas.
Mientras el Capitán detenía su marcha por unos segundos para comprar un diario, tres individuos jóvenes que llevaban abrigos colgados de sus brazos, se acercaban a él.
El militar siguió caminando y al llegar al poste indicador de la línea 15 los tres hombres que lo seguían sacaron de entre los abrigos, armas de fuego –dos ametralladoras y un revólver– y comenzaron a dispararle desde corta distancia.
El Capitán Miguel Angel Paiva no tuvo ninguna posibilidad para intentar defenderse y cayó herido mortalmente, alcanzado por no menos de 12 impactos de bala.
El día 3 Octubre 74, dos días después de su asesinato, el Jefe de Policía anunció en conferencia de prensa que había sido identificado el asesino y sus cómplices.
Al respecto, el 4 de octubre de 1974, Clarín tituló:
Capitán Paiva, fue identificado el asesino y más abajo:
La policía indicó como autor material a Mario Favario.
Dos cómplices.
En su contenido entre otras cosas, dice que Favario había sido detenido en 1972 y amnistiado el 25 de mayo de 1973 y que el autor del asesinato de Paiva fue Jorge Carlos Molina (a) Molina Chico y que la conductora del vehículo era Sara Albertina López Dupuy, esposa de Favario.
La Prensa tituló en su primera página:
Asesinaron a balazos al capitán Miguel A. Paiva
La víctima presentaría 12 impactos de bala calibre 9 y 38 mm., mientras otros proyectiles disparados por los homicidas, presuntamente con una ametralladora, hicieron blanco en la puerta de acceso de una confitería.
Según este diario los delincuentes se movilizaban en un Fiat 128 y fueron apoyados por otros hombres que estaban en un automóvil, huyendo ambos vehículos a gran velocidad.
Declaraciones políticas
La mesa directiva del Comité Nacional de la U.C.R., que presidía el Dr. Ricardo Balbín, emitió un documento en el que luego de analizar la situación nacional, dice:
Frente al ataque indiscriminado de que son objeto los integrantes de la Fuerzas Armadas, volvemos a levantar nuestra voz de repudio y solidaridad.
Más adelante agrega:
Nos consta que la empresa de consolidar en plenitud las instituciones de la República no es tarea fácil ni de pocos, sino de esfuerzo del conjunto, en el cual las Fuerzas Armadas, que las sabemos hoy consustanciadas con el pueblo y de cuyas entrañas emergen, están ofreciendo con espíritu de Soldado, el noble y silencioso sacrificio de sus vidas como aporte significativo a la democratización de Argentina.
Cabe también señalar lo expresado por distintos legisladores durante el debate de la Ley 20.840 de represión de actividades subversivas, que constan en el Diario de Sesiones de la H.C. de Senadores, pocos días antes de la muerte del Cap Paiva (26 y 27 de setiembre) pues traducen la situación que estaba viviendo el país.
Senador Leopoldo Bravo
Creo que lo que estamos haciendo hoy no puede llevar a la convicción de los argentinos la idea de que se trata de un programa para detener esto que constituye ya realmente una guerra civil.
Senador Díaz Bialet
Prefiero la injusticia al desorden, dijo Goethe, desesperado.
El concepto que no puede ser integralmente compartido, encierra sin embargo una gran verdad, porque el desorden o la subversión no es fundamento de los justos y lesiona inexorablemente los esenciales valores de una sociedad…
Senador Cerro
La Argentina está viviendo una situación límite, es cierto.
También es verdadero que hay urgencia en salir de esto.
Senador Cornejo Linares
… esta es la hora de actuar, de defender lo más caro que tenemos, no ya las instituciones y el Estado sino la misma nacionalidad, que se ve comprometida por esta conspiración de raíz internacional. … el país vive una escalada de violencia que pone en peligro los supremos valores morales del Estado y de la Nación misma.
Senador de la Rúa
Lo cierto, señores senadores, es que debe ponerse término a la violencia.
Y para esto el Estado –que como estado de derecho es el único que puede tener el monopolio de la fuerza– debe utilizar medios idóneos.
Senador Caro
Después de esto, tal vez nos tocará empuñar el fusil en vez de los códigos y las leyes.
Hay una imagen de la Justicia que anda rondando por allí: una Temis que en vez de venda sobre los ojos lleva antifaz, que en lugar de la balanza tiene una metralleta y en reemplazo de la espada tiene una escopeta Itaca.
Debemos volver a la verdadera imagen de la Justicia.
(Textos tomados del libro Guerra Revolucionaria en la Argentina (1959-1978), del Grl. Div. Ramón G. Díaz Bessone).